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Mostrando entradas de febrero, 2017

Juan se iba por el rio

  Escribir sobre Juan Pablo es complicado porque de alguna manera había muchos Juan Pablos. Había un Juan Pablo arquitecto, al que le encantaba estar en la calle, en las plazas, hablar con los vecinos, socializar. Pero tambien había un Juan Pablo volcánico, impaciente, sin diplomacia que perdía los estribos en segundos, había muchos. Había un Juan Pablo atrapado en una guerra contra la diabetes, una guerra en la que cambiaba las reglas según el menú o las conveniencias, donde su motto era “lo bueno del dulce de leche con 50% menos de azúcar es que uno puede comer el doble...” Entre todos estos Juan Pablos tuve la suerte de dar con uno que me devolvió algo que yo había perdido: conocí a Juan Pablo en su exilio, en 1981 en Barcelona. Yo tenía diez años y el era el hermano de Máximo, mi padre desaparecido en Tucuman en 1975. Pero éste era un tema del que en mi casa no se hablaba. Habían transcurrido cinco años desde el secuestro de mi padre y todavía nadie se animaba a decirme la verdad.