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Mostrando entradas de mayo, 2013

El mártir

Años después de haber encabezado un genocidio del que casi escapó impune, Videla tuvo que enfrentar el mal trago de ser encarcelado por sus crímenes. Videla fue el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas en 1976, una ensalada de psicópatas que germinaron en el desprecio militar hacia la sociedad civil, esa sociedad “enloquecida” a la que los uniformados “encarrilaban” con cierta regularidad. De este caldo de cultivo surgieron Bussis, Masseras, Menéndez y otras criaturas, los perros locos de la dictadura. Videla tenía otro estilo. El era un santulón capaz de coordinar un programa de asesinatos y creer al mismo tiempo que esto lo congraciaba con su dios, paradójicamente el dios del “no matarás”. Cuando llegó el escarnio, Videla recreó para sí mismo una tragedia mítica en la cual él era un héroe-mártir condenado por aquellos a quienes había salvado. Fiel a su patología, Videla se creyó un Cristo con uniforme militar que era arrastrado en un vía crucis de juzgados. Padeció bajo el poder